19 julio 2008
Bruce Springsteen
18 julio 2008
Ricco, Ricco...pero sin fundamento
14 julio 2008
La típica excusa
Lunes extraño

10 julio 2008
De zapatillas: todas las Jordan

09 julio 2008
jordan VII miró

02 julio 2008
De casta le viene al galgo

Todos hemos visto alguna peli en los cines de la Gran Via en algún momento de nuestra vida. A nosotros nos tocó la época de los 13-17 años, más o menos. Aún recuerdo a mi amigo Toni exclamando en voz alta: ¡Joder, qué cabrón! en medio de la sala en silencio, cuando John Rambo agarra la serpiente al vuelo justo cuando estaba a punto de morderle. O cuando en otro estreno, nuestro "amigo" Cristian nos presentó al señor Pepito, un señor bastante enclenque que se suponía era alguien famoso. Apenas podíamos contener la risa.
El caso es que el Palacio de la Música, exponente de estas tardes de cine y palomitas, y McDonald´s, se cerró al público hace bien poco, y ya están liados con las obras, parece que con vistas a ser utilizado como auditorio de música. Vuelve, por tanto, a sus orígenes.
Ya leí sobre el tema hace días, pero hoy, echando un vistazo al diario gratuito ADN, compruebo que el arquitecto de esta sala fue - allá por 1926 - Secundino Zuazo, posiblemente antepasado de uno de mis amigos de la infancia, David - también Zuazo - y digo posiblemente porque no parece ser éste un apellido muy corriente...
Ya sacando punta al tema, y ya que nunca nos ha comentado nada al respecto, podría ser que mi amigo - que profesionalmente se ha dedicado al gremio de arquitectos técnicos - no quisiera que nadie le asociara al citado arquitecto, ya que la sala sufrió derrumbamientos parciales e incendios. Ya se sabe que la culpa de todas estas cosas se le echan al arquitecto... Y no me meto con ellos, que para eso mi señor cuñao es también arquitecto técnico (por cierto siempre he pensado que así suena mejor que aparejador, que me recuerda al típico capataz de obra sin afeitar, con pitillo medio caído y pañuelo de cuatro nudos en la cabeza...).
De casta le viene al galgo...
01 julio 2008
¡Mira papá, osos!

Conocí hace tiempo un viajero que estuvo recorriendo Alaska en bici, cuando el primer consejo que le dieron en la aduana fue el de tener cuidado con los osos. Vale, eso está claro. Lo segundo, desdramatizar el tema, porque no todos los osos son tan peligrosos, siempre según el agente. El oso grizzly es el "chungo", luego están el oso pardo y el oso negro, por lo visto algo más grande, pero no tan agresivo...
Claro, el amable aduanero le explicaba que, dependiendo del tipo de oso, había que hacer una cosa u otra, ya que si era pardo o negro, ante todo no correr porque entonces sacan su instinto y si que la has"cagao". Pero si mantienes la tranquilidad y no haces movimientos bruscos, pasan de largo. No eres su tipo de comida.
Lo bueno llegaba cuando el animalito en cuestión era el oso grizzly, entonces ¡Corre y no mires atrás! Ja, ja, ja, se reía el aventurero. Como si tuviera yo tiempo de ponerme a mirar el color de pelo del bicho. Veo yo uno de esos a 200 metros y aparte de no ver un pijo, salgo echando patas, o pedales, en este caso.
Consejo a los mejicanos: Sea cual sea el color del oso que se encuentren, pasen de largo y no intenten capturarlo...