30 abril 2008

Galen Rowell: El tamaño de la rata


Continuando con el homenaje, y ya que el maestro Yago me lo pide encarecidamente como vía de motivación, inserto artículo de Galen Rowell, publicado en su día por Outdoor Photographer:

"Los fotógrafos de éxito generalmente hablan del descubrimiento de un "camino interior" para describir sus comienzos, y mi propia experiencia coincide con ellos; pocas veces hablan de seguir un cursillo de aprendizaje y práctica. El modelo es válido incluso para aquellos que han abandonado carreras superiores por la fotografía.
El acto inicial de imaginar una buen fotografía tiene mucho más en común con la meditación que con las habilidades profesionales. Las acciones mecánicas deliberadas necesarias para convertir en una fotografía de éxito una imagen previsualizada tienen poco que ver con ese recto y tranquilo camino interior.
Los mejores fotógrafos saben que es mejor que cada uno intente descubrir su propio camino en lugar de imitar a otros, y que una vez encontrado, hay que seguirlo sin dudar: ésta es la clave para vivir de la fotografía.


Sin embargo, sin una fuente de energia, el camino interior más perfecto es tan inútil como un Ferrari sin gasolina.

"Un roedor en las entrañas"

El gran público piensa que los montañeros que suben a las cumbres más remotas, como los fotógrafos encumbrados, tienen un talento innato y una habilidad técnica mucho mayor que sus compañeros menos exitosos, pero la mayoria de las veces no es así.

La nota distintiva, lo que hace triunfar a unos y no a otros es el "tamaño de la rata".
El "tamaño de la rata", término inventado en una reunión de montañeros británicos, hace referencia a esa criatura voraz que nos devora por dentro y nos empuja a abandonar la comodidad y la seguridad de la civilización. Sin esa "rata", nos quedaríamos en casa con esa familia y nos contentaríamos con trabajar como empresarios o algo así.
El explorador antártico Apsley Cherry describía este sentimiento en su libro "El peor viaje del mundo" . Después de un largo viaje en pleno invierno, en total oscuridad y a 30 grados bajo cero para visitar una colonia de pingüino emperador, escribió lo siguiente: "El deseo por sí mismo es lo único que cuenta realmente... algunos te dirán que estás loco, y casi todos dirán, ¿para qué?... tus marchas de invierno tendrán su recompensa, siempre que lo único que busques sea un huevo de pingüino".

(Nota: recuerdo cuando el maestro Yago me contaba que yendo con unos amigos, quería subir a un pequeño mirador, o algo así: - le preguntaron para qué - No sé, para ver qué hay detrás... Totalmente de acuerdo)

La fotografía de naturaleza, como el huevo del pingüino, es el resultado de un compromiso personal único. Un número sorprendente de montañeros y aventureros de todo el mundo han acabado por convertirse en fotógrafos profesionales. Su gran "rata" y su capacidad para seguir su camino interior los predisponen para lo que se llama "el coraje para crear".

Como este coraje es una cualidad que existe independientemente del progreso físico o la visión personal, no sorprende que en la fotografía de naturaleza triunfen muchos que fueron ajenos a este mundo, mientras las puertas del éxito se cierran a algunas almas prometedoras repletas de talento y conocimientos de fotografía"
(Galen Rowell. Fotógrafo de naturaleza)

2 comentarios:

yago dijo...

Muy bueno el artículo. Me acordaba asi, a grandes rasgos, pero poco más.
Os cuento lo de mis amigos. Estando en Galicia hace ya unos cuantos años, acabamos en un camping playero muy cerca de La Coruña. El camping estaba bien, pero lo mejor era su situación. Justo en una playa rodeada de acantilados. En uno de esos acantilados se podía ver un camino que subia y se perdía entre los matorrales. Estuvimos allí dos días e intenté convencer a mis amigos para ir a andar un poco por ese camino. Fué imposible y su respuesta era siempre la misma, una pregunta: ¿Para que quieres ir allí? Mi respuesta también era siempre la misma, como bien recuerda Jose: pués para ver que es lo que hay detrás.
Me picaba la curiosidad: Donde iba ese camino, que se vería desde más arriba, habría alguna buena foto que hacer... pues bien, sólo subí yo. Ellos preferían quedarse jugando a las cartas durante horas antes que ver lo que había más allá de la recepción del camping.
Ya enseñaré las fotos que hice desde allí, porque las vistas eran espectaculares, pero aunque se lo conté, les dió exactamente lo mismo. No tenían "rata" alguna dentro de ellos.

josemartin dijo...

Es más o menos el mismo razonamiento que cuando al alpinista Reinhold Messner le preguntaban por qué escalaba montañas, y el respondía:
"Porque están ahí"
Es como un "porque sí", no sé, porque me apetece, por ver qué hay más allá, aunque luego no haya más que un basurero, pero quieres verlo.
Me ha pasado lo de tu camino un millón de veces.
Aunque la felicidad sólo es completa cuando es compartida - Chris McCandless - a veces la mejor forma de hacer exactamente lo que tú quieres es ir sólo, aunque sólo sea por un tiempo, entonces echas de menos a los demás; es hora de volver a comer. A mesa puesta, claro.