24 mayo 2008

Segovia y los japoneses

El año pasado por estas fechas, aprovechando una semana de vacaciones, me pasé por Segovia a sacar de paseo a mi peque y de paso a la más crecidita D80.
Ya me hubiera gustado pasar todo el día tirando fotos, pero el dios Tlaloc, que como todo el mundo sabe, fue el dios de la lluvia para los antiguos aztecas, me fastidió el paseo, y si no que se lo pregunten al señor Cortés, que lo sufrió en sus propias carnes en la llamada "noche triste", allá por 1520...
Como digo, en uno de los pocos momentos sin lluvia saqué a la D80 a que tomara el aire y que pudiera conocer el Alcazar.
A los pies del castillo paró un autocar, que bien pudo ser del Inserso, pero que resultó ser de un batallón de turistas japoneses.
No sé que fue peor.
Mi primer impulso fue levantar las manos a la vista de los cañones que asomaron montados en las Nikon relucientes y en los trípodes de carbono. El segundo fue achinar los ojos para fundirme con el entorno e intentar distinguir desde lejos algo de semejante equipo fotográfico. Como cuando veías las pelis del Canal+ sin descodificador...
Qué envidia, el equipo de fotos, digo.
Claro, que lo mismo debieron de pensar ellos de mi, afortunado de poder visitar semejante ciudad siempre que quisiera, y no tener que cruzar medio mundo para ello. Pues sí.
Montaron sus trípodes, comentaron la jugada, alineados frente al castillo, echaron cuatro fotos rápidas y en un tris desaparecieron como habían venido.

Como decía Gila sobre un tour por Europa en Atenas:
- ¡Me hago pis!
-¡Señora, déjelo, ya meará usted en Bélgica!
Por un lado les ves venir cual manada de ñúes, arrasando con todo, eso sí con todo el respeto - que ante todo educación - por otro parece que realmente aprecian todo lo que fotografían, pero a veces nada mejor que dejar la cámara a un lado y disfrutar del paseo matutino...

1 comentario:

yago dijo...

Tenías que haberles robado un par de objetivos. Aun recuerdo un día que ibamos por Gran Vía y paró un autocar justo a nuestro lado. Se abrió la puerta y empezaron a bajar japoneses. Cuando habían salido unos 10, Victor dijo: "Dios! esto no es un autobus, es una fotocopiadora gigante" je,je,je,... lo que me pude reir...